La fantasía con una mezcla de horro y romance
La Bellacienta
Erase una vez un bosque obscuro de profundo verde en el que magias criaturas ofrecen a la vez apoyo y peligro, refugio y masacres. A la orilla de este bosque vivía una niña con una blanca como la nieve, un seductor rubor en las mejillas, cabello obscuro que caía en ondas y un aroma más tentador que las manzanas maduras. La niña cuyo nombre significaba “belleza” vivía en el exilio con su padre, a quien ella ayudaba a cuidas la casa, limpiando y cocinando con buena voluntad. Le gustaba leer y tenía unos pies que no bailaban y una mente que era silenciosa a la investigación de los demás. Bella y su padre no eran pobres exactamente, pero no tenían mucho para gastar. Tan única era que no tenia verdaderos amigos entre su tipo. En lugar de eso, se enamoro de un extraño: un príncipe que tenía la cara de un ángel, apetitos bestiales y una piel que reflejaba la luz del sol mejor que cualquier zapatilla de cristal. Bella no siempre hacia caso de la advertencias de nunca apartarse de los caminos del bosque y, por tanto, tuvo la suerte de hacerse amiga de los lobos que vivían por allí; los guardianes del bosque y la ciudad provinciana de Forks. Los lobo no cuidaba que Bella no vistiera una caperuza roja, solo que su sangre continuara bombeando por sus venas, dando su color a sus pálidas mejillas… y que no se convirtiera en la próxima comida del guapo príncipe.
(Del libro “La saga Crepúsculo y su Historia” Pág. 60-61)
 |
| "Un Amor Peligroso" |
