*Un Temprano Atardecer*
El resplandor del sol entrando por la ventana principal, que daba hacía el bosque; las ramas de los arboles se movían al compas del viento, se escuchaba un silencio profundo; todo estaba tan callado que daba miedo, hizo que despertara de esa pesadilla, en la que no corría para salvar mi vida; corría para salvar algo infinitamente más valioso. Y no podía correr bastante rápido… supuse que era demasiado tarde cuando el reloj comenzó a dar la hora y sus campanadas hicieron vibrar las losas bajo de mis pies-demasiados lentos-. A diferencia de los sueños y las pesadillas, En ese momento mi vida parecía tener poco significado para mí. Entonces me alegre de que me estuviera esperándome a los alrededores.
Cuando levante la mirada al mismo tiempo que abría los ojos pude ver que los rayos deslumbrantes del sol estaban dirigiéndose al buro donde estaba la foto de Robert sosteniendo un helado de fresa a punto de derretirse, con su mirada fija, Sus ojos siempre hermosos hasta dejarte sin aliento, chispeaba dulzura a causa de la diversión contenida. La expresión de su rostro era rígida pero a la vez tan suave, tan sublime, parecía una estatua de marfil, viéndome; detrás de él estaba un lago y en él unos hermosos cisnes jugando con el agua, a su lado derecho estaba el mini parque donde jugaban los niños; algunos en la res-baladilla, en los columpios, el sube y baja y otros en la arena, mientras que del lado opuesto estaba un señor disfrazado de payaso regalando globos, y tras de él estaba un señor portando un delantal, un pantalón y un gorrito blanco con unas franjas de colores y frente del él había un carrito pequeño donde sacaba unos helados para vender a los pequeños niños.
Tan solo esperaba que el reloj apuntara las 9:00pm para que llegara Robert por mí, para irnos. Me había dicho que me tenía una “sorpresa”.
Al pasar el día yo me alistaba para su llegada, estaba en la estancia cuando escuche el clac-son, me asome por la ventana y estaba parado a un lado de su carro; era un pequeño, elegante y flameante Volvo color platino, mientras que sostenía en las manos una pequeña caja plateada con un moño de adorno color rosa.
Salí de la casa cerrándola de un portazo.
-¡Feliz cumpleaños!-dijo con una de esas sonrisas picaras suyas que tanto me gustaba, mientras me daba la pequeña caja y al mismo tiempo me abrazaba y recargaba sus perfectos labios sobre mi mejilla.
-¡Gracias!-pero ya te había dicho que no quería regalos.- dije a regaña-dientes.
-Y no te escuche, pero como sea.-echo a reír- Vamos- dijo con un tono de burla.
Estábamos a punto de llegar a su casa. Las luces brillaban con fuerza en las ventanas de los dos primeros pisos. Grandes maceteros de flores-rosas de color rosado- se alineaban en las amplias escaleras que conducían a la puerta principal.
Todos estaban esperando en el enorme salón blanco. Me saludaron con un ¡Feliz Cumpleaños, Kris!, a coro y en voz alta. Enrojecí y clave la mirada al suelo. Ashley supuse que había sido ella- había cubierto cada superficie plana con velas rosadas y había docenas de jarrones de cristal con cientos de rosas. Cerca de él gran piano de Robert había una mesa con un mantel blanco, sobre el cual estaba un pastel de cumpleaños rosa acompañados de un montón de regalos.
Robert tenía un montón de dinero; ni siquiera quería pensar en la cantidad en total. El dinero casi carecía de significado para él y el resto de su familia. Según ellos es algo que se acumula cuando tienes tiempo ilimitado y mucho trabajo, aunque ya lo supiera.
El transcurso de la velada fue muy tranquilo. Pasaban ya de las 2:00am, mientras me despedía de su familia él estaba sacando él flameante volvo del garaje para llevarme a casa.
-¡Ya es tarde!- exclame con mucho cansancio, cuando llegamos a casa.
-Sí, es hora de dormir. Descansa, paso mañana por ti para ir a desayunar. ¿Te perece bien?- dijo mientas me basaba la frente.
-Ok- dije y al mismo tiempo afirmaba con la cabeza. -Descansa, y gracias por todo, te veo mañana-. Salí del coche y fue tan rápido que en cuestión de segundos desapareció entre los árboles que rodeaban del sendero, entre a la casa y mientras abría la puerta, mi mamá, que estaba sentada en la sala viendo su programa favorito, lo llegue a ver un par de veces y en verdad me pareció interesante, trataba de que investigaban casos de todo tipos, extremadamente muy raros entre mundos paralelos o algo así, a decir verdad no prestaba atención ya que la mayor parte del tiempo que no estaba ocupada me la pasaba pensando en Robert, mi Robert.
-¿Qué tal estuvo? – pregunto sin despegar los ojos de la pantalla e interrumpiendo mi pensamiento.
-Estupendo- conteste emocionada y con una sonrisa que se ensanchaba de oreja a oreja. No tenía muchas energías para sentarme y contarle todo con lujo de detalles, estaba en verdad demasiado cansada para eso, además parecía más ansiosa en el programa que en lo que había pasado en la fiesta, aunque sabía que más tarde que temprano lo preguntaría.
-Hasta mañana. Dije mientras subía a mi recamara.
-Hasta mañana, descansa-dijo sin despegar los ojos de la televisión.
Entre y cerré la puerta de un jalón. Deje los regalos sobre una silla, me cambien de ropa, me cepille los dientes, arregle la cama y me acosté debajo de las colchas recordando cada momento bueno de la fiesta, bueno, toda había sido genial, pero estar con Robert, no había nada mejor y así me dormí, hundiéndome en mis pensamientos y ansiosa de él siguiente día.
Por Stephenie M. y Janette R. (quien uso partes del libro original)
Para STEPHENIE MEYER con todo en cariño de los fans, te deseamos un muy *"FELIZ CUMPLEAÑOS"* y por supuesto una muy, muuuy *"FELIZ NAVIDAD"* <3
